Hoy os hablaremos del apionabo (o apio rábano): una raíz comestible de la familia de las apiáceas. Es originaria del Mediterráneo, que rápidamente se hizo popular en el resto del mundo. Es un bulbo que crece semienterrado en la tierra, con unos tallos de 30-70 cm. de alto, de color verde y lleno de raíces, que eliminan antes de comercializarlo.
Por el exterior es muy feo, pero en cuanto lo pelas, encuentras una pulpa blanca, aromática y suave de sabor.
El apionabo tienes muchas vitaminas, es muy saludable y tiene apenas 27 calorías por 100 gramos (una vez cocida).
Para comprar un buen ejemplar, hay que tener en cuenta que debe estar duro al tacto. No debe estar arrugado o seco. Si las venden con tallos, éstos deben ser verdes y frescos. El apionabo de menor tamaño es más sabroso que los grandes. Se conserva en la nevera durante 3-5 semanas, sin manipular, guardado en una bolsa de plástico agujereada.
Para limpiarlo, primero lo lavaremos debajo del grifo, para limpiarlo de tierra. Debemos pelarlo cuidadosamente (tiene piel gruesa) hasta que quede redondo, con la pulpa blanca a la vista. Si os es más fácil, cortadlo por la mitad y después peladlo, así tendréis el control sobre la tabla de cortar (la parte plana).
Después cortaremos el apionabo en rebanadas y luego en dados. También se consume rallado en ensaladas.
Una vez cortado, tiende a oxidarse muy rápido, por lo que es aconsejable cortarlo antes de su utilización.
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Neus y Sonia, el equipo de Pienso...luego cocino