Brócoli



Originario del Mediterráneo oriental. Al igual que la coliflor los romanos fueron los primeros en cultivarla, en Italia es muy popular.



Aunque se introdujo su cultivo, en muchos países, hace dos siglos de la mano de los italianos, no es hasta hará unos 20 años, que  su consumo se ha elevado y su cultivo se ha extendido a gran parte de Europa y en EE.UU, este es el gran productor del mundo. 

Tiene un alto contenido en agua, muy bajo poder calórico y un alto concentrado de vitamina C.

Su mejor época de consumo va entre las estaciones de invierno y primavera.

Para elegir un buen brócoli, hemos de asegurarnos que su pella sea verde intenso y firme, si muestra tonalidades amarillentas, nos indica que el producto no es fresco y que ha perdido gran parte de sus nutrientes.

El corte del tallo tiene que estar limpio, un tallo abierto nos indica que el brócoli puede estar seco y duro.

En casa lo protegeremos con una bolsa agujereada y dentro del frigorífico. Aunque se recomienda consumirlo no más tarde de 3 días des de su compra.

No lavarlo hasta su consumo.

Cortaremos el brócoli en ramilletes y lo lavaremos bajo el chorro de agua fría, para eliminar cualquier impureza.

Si utilizamos el tallo, este lo pelaremos antes de cocinar.

Primero herviremos el tallo y cuando lleve unos minutos añadiremos los ramilletes y por último las hojas.

Para evitar la concentración de olor y la perdida de vitaminas, se recomiendo cocinarlo al vapor y al  hervirlo, no hacerlo más 4 minutos.

Se puede consumir crudo. También podemos saltearlo junto otras verduras y hortalizas, hacerlo al horno con bechamel, a la plancha.

Es rico en ensaladas, cremas, como guarnición, aliñado como los espárragos con una vinagreta ligera.

Sugerencias de recetas con brócoli:

  
Tartaleta de verduras y queso Quenelles de brócoli con salmón ahumado

2 comentarios:

  1. Una verdura llena de propiedades, y sabrosisima, da mucho juego en cocina.

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  2. Una verdura que me gusta mucho, porque resulta más suave que la coliflor, pero no me explico cómo justamente a mi marido le resulta más indigesto. Me gusta comerlo cocido y con un aliño a base de ajo, aceite y vinagre, y ya está.

    Un beso.

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Neus y Sonia, el equipo de Pienso...luego cocino