Avellanas

La avellana forma parte de la dieta desde tiempos prehistóricos, originaria de Asia Menor, pero fueron los griegos y los romanos que extendieron su cultivo por la costa mediterránea y por Europa.

Sin embargo muchas de las variedades que hoy se conocen tienen su origen en el siglo XIX.

Tipos de avellanas:

• Avellana americana; de tamaño pequeño, con cáscara gruesa, entre ellas encontramos las especialidades Filbert o Ennis
• Avellana Akcakoca, debido a su bajo contenido graso es la más utilizada para la industria de la confitería. 
• Constantinopla, es la de mayor importancia en Turquía.
• Redondas, con forma de esfera, se consideran las de mejor calidad, debido a su alta concentración de aceite, que enriquece su sabor.
• Europeas, es una de las especies más común,  es de mayor tamaño que la americana. Entre ellas encontramos la Tonda di Giffoni, Fértil de Coutard y la Negret. 
• La avellana de Reus, con Denominación de Origen Protegida, aquí podemos encontrar encontrar especialidades como la Negret, Pauetet, Gironell, Morella y Culplá. Estas pertenecen a la categoría de calidad extra, por su excelente calidad y sabor.

La avellana se recoge en otoño y se deja secar durante un año antes de ser consumida. En el mercado la podemos encontrar cruda, tostada, molida, troceada, peladas, sin pelar...

Para una buena conservación de la avellana, la guardaremos en tarros de cristal, en lugares secos y sin luz.

La avellana, la podemos consumir fresca, tostada, seca, como aperitivo, pero en la gastronomía tiene muchas aplicaciones, como en la elaboración de turrones, helados, chocolates, repostería y bollería en general.

Además podemos incorporarlas majadas en salsas frías o calientes, como aderezo en ensaladas o verduras, añadirlas majadas a guisos de pescado y carnes.

Sugerencias de recetas con avellanas: