Se creen que su origen esta en Afganistán, debido a la gran variedad que existe en este país. Los pueblos del Mediterráneo ya la consumían hace más de dos mil años, pero no tuvo mucha aceptación ya que originariamente era de color púrpura o amarillenta, larga y delgada.
Fue en el siglo XVII cuando se obtuvo la zanahoria que hoy tenemos en nuestros mercados, robusta de color anaranjado y con procedencia holandesa.
Las zanahorias se clasifican por su forma y tamaño, dentro de esta clasificación podemos encontrar diferentes tipos.
Las de raíz corta son variedades de cultivo temprano y suelen presentar forma redondeada y alargada.
Las de raíces largas son variedades que suelen dar variedades alargadas y acabadas en punta.
Las de raíz intermedia los ejemplares que ofrece son cortos, gruesos y con forma cilíndrica, de piel lisa y de color naranja oscuro es la más común.
Es un excelente alimento desde el punto de vista nutricional, por su alto contenido en vitaminas y minerales. El agua es su mayor componente, seguidos de hidratos de carbono. Al tratarse de una raíz, absorbe los nutrientes y los asimila en forma de azúcares, que disminuyen durante su durante la cocción, pero aumentan durante el proceso de maduración.
Cuando vayamos a adquirir zanahorias escogeremos las de piel suave y de pequeño o mediano tamaño, de color naranja vivo y que la piel no contenga filamentos laterales.
Si las adquirimos con hojas, estas deben presentar un aspecto fresco, verde intenso.
Rechazaremos las que estén flácidas, presenten manchas o arrugas ya que son síntomas de que empieza a deteriorarse.
En casa las guardaremos en un lugar fresco y aireado, donde nos aguantarán varias semanas, antes de guardarlas es mejor limpiarlas con un trapo húmedo en lugar de lavarlas. En el frigorífico si son frescas pueden aguantar de 2 a 3 semanas.
En el congelador pueden conservarse hasta 8 meses, para ello primero rasparemos la superficie, cortaremos los extremos, las trocearemos y escaldaremos en agua hirviendo durante unos minutos y luego las escurriremos y secaremos antes de congelar.
Las zanahorias contienen una sustancia llamada beta-caroteno, un consumo excesivo de zanahoria puede provocar depósitos de caroteno en la piel dando una tonalidad amarillenta a nuestra piel. Las industrias extraen el pigmento de las zanahorias para utilizarlo como aditivo y colorante en algunos productos alimentarios. Las industrias de cosmética también utilizan su pigmentación para elaborar bronceadores solares.
La mejor forma de consumir la zanahoria es cruda, ya que de esta forma mantiene todos sus nutrientes, podemos comerlas enteras, ralladas, troceadas, licuadas, como aperitivo, en ensalada, como zumo... Pero antes de consumirlas las lavaremos bien y es mejor rasparlas que pelarlas, ya que sus vitaminas se acumulan cerca de su piel.
El beta-caroteno que contienen resiste bien al calor pero al entrar en contacto con el oxígeno del aire hace que se oxide con facilidad, por lo que siempre es mejor rasparlas y rallarlas justo antes de comer si las vamos a consumir crudas.
También podemos cocerlas al vapor, en guisos de carne y pescados, salsas, cremas, purés... pero también podemos utilizarla en preparaciones dulces, cómo: bizcochos, tartas, galletas, mermeladas combinadas con otras frutas...
Sugerencias de recetas con zanahorias:
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Esperamos que la entrada de hoy te haya gustado. Si tienes alguna duda o quieres comentar...no dudes que leemos y contestamos todos los mensajes.
Neus y Sonia, el equipo de Pienso...luego cocino